
Walden 5.0: La distopía superada
Antoni Verd 'Aucell' - 25 de mayo de 2025Walden 5.0: La distopía superada
I. ¿Y si ya estamos allí?
El futuro que temíamos no llegó. Se deslizó. Se disfrazó de progreso, se instaló con voz amable y ahora habita nuestros hábitos. Huxley no se equivocó: no fue Orwell el profeta del siglo XXI, sino el visionario de Un mundo feliz, donde la felicidad es un mandato y el pensamiento crítico, un delito sin código penal.
Soma ya no se toma: se desliza por pantallas, likes, píxeles. No duele. La libertad no se expropió: fue canjeada por eficiencia. La escuela dejó de ser un espacio de pregunta para convertirse en algoritmo. El condicionamiento dejó de ser experimento de laboratorio y se volvió pedagogía por defecto.
Skinner tampoco falló. Walden Dos renace en cada aula digital donde la conducta se modela según dashboards, rúbricas y rankings. El ideal de bienestar colectivo ha sido usurpado por una lógica de productividad vestida de equidad.
II. James Williams: la atención como botín de guerra
«La atención es el campo de batalla», advierte Williams, exestratega de Google devenido filósofo. En Clics contra la humanidad, desnuda el corazón oscuro del diseño digital: sistemas persuasivos que ya no informan, sino moldean. La libertad no se recorta; se distrae. Y la democracia, privada de atención sostenida, se convierte en holograma participativo.
No se trata de desconectarse: se trata de reapropiarse. Recuperar el derecho a mirar sin ser mirado, a pensar sin ser influido, a existir fuera del radar de los modelos predictivos. La ética de la atención no es nostalgia analógica: es resistencia de alta precisión.
III. Carissa Véliz: la privacidad como barricada ética
Para Véliz, la privacidad no es una preferencia: es una infraestructura de la libertad. En Privacidad es poder, desenmascara el régimen de acumulación algorítmica donde los datos ya no describen: prescriben.
Los datos no se roban: se otorgan. Voluntariamente, inconscientemente. La ciudadanía se ha transformado en dataset. Y la política, en ciencia de segmentación. Véliz invoca el principio médico de “no hacer daño” para un ecosistema donde las heridas son invisibles, pero constantes.
IV. Jordi Pigem: mente algorítmica o conciencia viva
Pigem traza una frontera sutil pero decisiva: la mente algorítmica, que todo lo mide y todo lo traduce a eficiencia, frente a la conciencia holística, que aún reconoce misterio, belleza y sentido.
En Conciencia o colapso, y más aún en Pandemia y posverdad, denuncia el espejismo tecnocrático que promete seguridad y termina imponiendo servidumbre. La Cuarta Revolución Industrial no es una época: es un nuevo mito fundacional, donde el algoritmo reemplaza a la ética y el sentido común es desplazado por dashboards de correlación estadística.
La alternativa no es el rechazo tecnológico, sino el enraizamiento en una mirada vitalista, humana, poética.
V. Jordi Adell: tecnología educativa crítica o pedagogía zombie
Para Adell, la pregunta no es si usar TIC, sino cómo y para qué. Las tecnologías no redimen ni condenan: amplifican. En manos sin crítica, perpetúan lo viejo con interfaz moderna.
En su trabajo con Manuel Area, propone una cartografía de la educación digital que evite tanto el entusiasmo acrítico como el rechazo reaccionario. El riesgo no está en la pantalla, sino en la pedagogía sin cuerpo, sin contexto, sin preguntas.
La transformación educativa no será tecnológica o no será. Será crítica, situada, emancipadora —o será gestión de lo inevitable.
VI. Epílogo: política posthumana, pedagogía postreal
Mientras los algoritmos producen espejismos de verdad y las emociones se administran como datos, la política moderna deviene interfaz sin cuerpo. Vivimos, decía Pigem, en una “vivencia psicótica del mundo”, donde la desconexión no es tecnológica sino ontológica.
Pero aún hay margen. La conciencia crítica —no como eslogan, sino como ejercicio cotidiano— puede interrumpir la inercia. La educación, entendida no como transferencia sino como transformación, sigue siendo el último territorio fértil.
Como en toda distopía superada, no se trata de sobrevivir, sino de recordar. Que la libertad no es un algoritmo. Que la atención es sagrada. Que aún podemos desviar el curso.
Referencias
Adell, J., & Area, M. (2021). Tecnologías digitales y cambio educativo: Una aproximación crítica. REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 19(4), 83–96. https://doi.org/10.15366/reice2021.19.4.005
Pigem, J. (2021). Pandemia y posverdad: La vida, la conciencia y la Cuarta Revolución Industrial. Fragmenta Editorial.
Pigem, J. (2024). Conciencia o colapso. Fragmenta Editorial.
Véliz, C. (2021). Privacidad es poder: Datos, vigilancia y libertad en la era digital. Debate.
Williams, J. (2021). Clics contra la humanidad: Libertad y resistencia en la era de la distracción tecnológica. Gatopardo Ediciones.
Clásicos citados sin referencia explícita:
- Huxley, A. (1932). Un mundo feliz.
- Skinner, B. F. (1948). Walden Dos.
- Orwell, G. (1949). 1984.
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